Álvaro Brunel, jefe de carrera de Ingeniería Comercial en la UOH, analiza las causas y propone soluciones.
En 2023, 11 de las 16 regiones de Chile experimentaron un crecimiento en su Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, la Región de O’Higgins no fue una de ellas, registrando una caída del 2.0%. Además, el consumo de los hogares descendió un 6.3%, afectado por la reducción en el consumo de bienes durables y no durables.
Álvaro Brunel, jefe de carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad de O’Higgins (UOH), ofrece una explicación detallada para estas cifras negativas proporcionadas por el Banco Central. “Principalmente, se deben a la disminución de la producción en el sector minero, con una caída del 2%, seguida por el sector agropecuario-silvícola con un 0.6% y el comercio con un 0.4%. Este resultado no es sorprendente a la luz de los datos presentados por Codelco en su memoria anual de marzo, donde se mostró que la producción de cobre en 2023 había disminuido significativamente en comparación con el año anterior. En esta situación, la División El Teniente, ubicada en la Región de O’Higgins, desempeña un papel crucial, ya que en 2023 fue afectada por la postergación en la preparación minera, eventos climáticos en junio y un sismo en julio, impactando su producción”.
Brunel añade que durante 2023 se produjo un aumento significativo en los costos de producción que afectó a toda la industria minera nacional.
Consumo de los Hogares
“La caída en el consumo de los hogares es aún más preocupante”, destaca Brunel. “Indica que las disminuciones en la producción han tenido un efecto negativo en los ingresos y, por ende, en el consumo de las familias de la región. Además, es posible que enfrenten restricciones en el sistema financiero para enfrentar estos shocks negativos de ingresos”.
En este contexto, Brunel sugiere algunas medidas para revertir estos resultados negativos, que posicionan a la Región de O’Higgins en el segundo lugar en términos de decrecimiento, superada solo por Arica y Parinacota con una caída del 2.42%.
En cuanto a la producción minera y su impacto en la economía regional, Brunel señala que “las noticias a corto plazo no son muy alentadoras, ya que la producción de cobre en el primer semestre se vio negativamente afectada en comparación con el mismo período del año anterior, debido a los efectos continuos de los eventos ocurridos en 2023”.
Sin embargo, las perspectivas a mediano y largo plazo son más optimistas. “El precio del cobre hoy está aproximadamente en 4,5 dólares por libra, considerablemente por encima de los 3,8 de hace un año. Pero lo más importante es que hay proyecciones de un mayor precio a largo plazo, impulsadas por una mayor demanda del mineral debido a las energías renovables y la electromovilidad”.
Para aprovechar estas expectativas de precios más altos, Brunel sugiere que se implementen políticas públicas que fomenten la inversión. “Es crucial avanzar en iniciativas para reducir la carga burocrática y tomar acciones que brinden más certidumbre a nuevos proyectos. Esto podría ser de gran ayuda para incentivar la inversión y generar efectos positivos en el empleo. Estas medidas no deben limitarse solo al sector minero, sino aplicarse a todos los sectores de la economía”.